El Obispo preside la fiesta de Santiago Apóstol en Sobradillo con una doble celebración

El Obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, ha presidido la fiesta de Santiago Apóstol en Sobradillo, que además de ser patrón de España, lo es de esta localidad.

D. José Luis ha destacado que “quienes tenemos a Santiago por patrón debemos aprender de él a dar valiente testimonio de Jesucristo en medio de una sociedad secularizada y volcada en otros valores. Santiago «obedeció antes a Dios que a los hombres», y lo hizo hasta la muerte”.

Esta fiesta también ha servido como agradecimiento por la conclusión de la restauración del retablo con el protagonismo de la Junta de Castilla y León, que ha financiado la intervención, y las bodas de oro del párroco de este municipio, D. José Sánchez Arroyo, al que se le ha hecho entrega de una placa por parte del Ayuntamiento en representación de los vecinos.

La restauración de este retablo se inició en enero de 2020, pero la pandemia paralizó todas las expectativas en lo que a plazos se refiere.

La ejecución se retomó en el año 2023 y el pasado mes de mayo, la actuación ya estaba concluida después de cuatro meses, aunque no ha sido hasta ahora cuando se ha inaugurado de manera oficial.

Se trata de un retablo barroco, del siglo XVII, que destaca por su calidad artística. El propio párroco ha destacado que se trata de una obra “muy buena”, al tiempo que añade que la acometida que se ha realizado por parte del equipo de restauradores ha sido “magnífica”.

En el retablo destacan Santiago Peregrino, San José, San Miguel Arcángel o la Virgen del Rosario en el centro, en una especie de camerino. “No es espectacular en altura, es más bien ancho, pero los entendidos lo destacan por su gran belleza y lo han dejado magníficamente”, apuntó D. José Sánchez, al que el Obispo, de manera cercana y cariñosa, se dirigió como Pepe.

El prelado también apuntó en su homilía que “el apóstol Santiago fue madurando espiritualmente hasta lograr la humildad y servicialidad que Jesús enseñó a sus discípulos, de modo especial en el Cenáculo. Ellos no se colocan en la Iglesia -ni en el mundo- para ser servidos, sino para servir. Deben ser los primeros no para mandar, sino a la hora de ponerse a los pies de los demás”. En este sentido, asumió que “nosotros también debemos corregir aquellos comportamientos nuestros que no son evangélicos: ambiciones, envidias, rencores, violencias … Debemos emprender un camino de madurez, «peregrinar» dejando atrás lo que nos aleja de Dios y los hermanos, sin caer en las tentaciones que en las orillas del camino salen a nuestro encuentro. En el prefacio de esta fiesta nos alegramos de que Santiago «alienta a los que peregrinan para que lleguen finalmente a Dios».