“Ésta es una situación extraordinaria que nos trae muchas enseñanzas”

La actividad en la Diócesis de Ciudad Rodrigo y en su obispado, no ha parado a lo largo de los 60 días que se acaban de cumplir de estado de alarma. Con las limitaciones propias que todavía requiere la situación, en ningún momento se ha dejado de atender a quien se ha acercado a las oficinas del obispado o a quien ha demando otro tipo de atención.

“Hemos tenido más tiempo para todo”, dice el Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, “pero no hemos dejado de estar atentos a las necesidades de la Diócesis, en mi caso, con nuevos nombramientos, atento a la situación de las residencias, de las parroquias, a todas las novedades”. Destaca igualmente, que estos dos meses también han servido “para pensar y tratar de encontrar el sentido de todo lo que nos está pasando; ésta es una situación extraordinaria que nos trae muchas enseñanzas”.

La Diócesis y su obispo son plenamente conscientes de la situación ambiental y sobre todo, de esas imágenes que ya ven en algunas ciudades de gente que no tiene para comer y recuerre a los entornos de las parroquias para conseguir ayuda.

“Los efectos económicos están siendo ya devastadores, habrá muchísimas familias que quedarán fuera de juego, con verdaderas necesidades, por eso hemos pensado en crear un fondo diocesano con una comisión y un reglamento para que puedan atender las necesidades más fuertes”, aclara García Burillo.

Ese fondo se dotó, inicialmente, con 75.000 euros de fondos propios del obispado pero la cifra no es definitiva pues los propios sacerdotes han hecho sus aportaciones y en un futuro “se hará una invitación para que todos aquellos que quieran y puedan participar económicamente en este gran proyecto de solidaridad, lo hagan”.

La intención es que entre en funcionamiento “en cuanto se regularice la vida de las parroquias y pueda existir comunicación con los fieles”.

El pasado lunes tres arciprestazgos: Abadengo, Águeda y La Ribera, y 32 parroquias de los mismos, pasaron a la denominada fase 1 en la que se permite celebrar la Eucaristía con el 30% del aforo, parece que en los próximos días lo hará alguna zona más.

“He hablado con los tres arciprestes y ellos tienen un programado pensado para comenzar a celebrar esta semana, cada comunidad tendrá noticia de cuáles son los horarios y servicios aunque no se han cerrado nunca totalmente, sí el culto pero los sacerdotes han estado siempre disponibles, a cualquier demanda”.

Tal y como recordaba Mons. García Burillo en su carta del mes de mayo, este tiempo de limitaciones y “muy dramático para muchas familias”, también invita a reflexionar sobre toras cuestiones como la humildad, la solidaridad, el exilio o la trascendencia, “esto no termina aquí, aspiramos a la vida eterna”.