Día de la Iglesia Diocesana 2020: ‘Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo’

El Salón Obispo Mazarrasa del Palacio Episcopal ha acogido, esta misma mañana, una rueda de prensa con motivo del Día de la Iglesia Diocesana que se celebrará el próximo domingo 8 de noviembre. Una jornada en la que se invita a colaborar con cada una de las parroquias aportando tiempo, cualidades, colaboración económica y oración.

El lema elegido este año es ‘Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo’, y sobre esta cuestión ha profundizado el Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo.

“Lo importante son las personas, cada uno con su fe y con sus valores, cada cristiano aporta”, valoró en primer lugar el prelado.

Insistió en que en la Iglesia se necesita a todos, “cada uno con sus cualidades y debilidades, con sus soluciones y problemas”. Sin olvidar que este año, el objetivo pastoral está centrado en la familia, a la que se pretende ‘acompañar, discernir e integrar’, “partiendo de sus necesidades”.

A pesar de que es un día en el que habitualmente se rinden cuentas, además de lo que somos, también se ha querido contar lo que hacemos y ese testimonio lo han aportado doña Mar Manzano, directora de Cáritas Diocesana de Ciudad Rodrigo, y don José Ángel Alvira, tesorero de las Conferencias de San Vicente de Paúl.

Manzano centró parte de su intervención en el servicio de ayuda psicológico con el que cuenta la entidad de la Iglesia y el de mayores. “Con la pandemia se ha puesto sobre la mesa un problema que ya existía: la soledad y la tristeza sobre todo de las personas mayores que están separados de sus hijos porque viven en otros lugares y esta situación desconocida les viene muy grande”.

El servicio psicológico está detectando más casos de ansiedad o miedo y en el caso del servicio de mayores, “se ha tenido que reinventar, ha habido gente que no hablaba con nadie y solo quería escuchar una voz, la pandemia ha puesto de manifiesto esta problemática rural, cómo los mayores viven esta situación con muchísimo miedo”.

La directora ha anunciado un nuevo proyecto para llegar a todas esas personas mayores potenciando la labor del voluntariado, “para que ningún mayor se sienta solo”.

Por su parte, José Ángel Alvira, habló de los perfiles más habituales que se encuentran en las Conferencias de San Vicente de Paúl, “mujeres de mediana edad y procedentes de empleo precario como puede ser el trabajo en domicilios o la venta ambulante”.

El 25% de los casos que están llegando son nuevos y otro 40% son personas que han vuelto a solicitar ayuda después de varios años sin hacerlo.

Desde esta entidad de la Iglesia se ayuda con el pago de recibos, farmacia, alimentación y últimamente, incluso, se está apoyando el acceso a dispositivos tecnológicos para que los niños puedan conectarse a clases.

También colaboran en trámites administrativos, “la gente está perdida a la hora de pedir ayudas”, y como caso “curioso”, habló de la situación de un ciudadano colombiano al que el estado de alarma le pilló en la zona y tuvieron que ayudar porque no podía regresar a su país.

El ecónomo de la Diócesis don Fernando Sánchez Tendero, se mostró “orgulloso porque no hemos dado la espalda a la sociedad y la Iglesia tampoco escapa a las dificultades”.

El origen de los ingresos de la Diócesis está, principalmente, en la asignación tributaria con un 37% mientras que los gastos de conservación y de funcionamiento (luz, seguros,…) suponen la mayor partida, un 43%. (Todos los datos de manera detallada se pueden consultar en el apartado de transparencia de esta página web).

Todo ello sin olvidar que la principal tarea de la Iglesia es la pastoral.

A pesar de que la asignación tributaria se mantendrá el próximo año en los mismos términos que este ejercicio, el ecónomo espera una caída de alrededor del 30% en el resto de ingresos pues debido a la pandemia se cerraron los templos y se han reducido las colectas o donativos.

A pesar de todo y de que “tendremos que ajustar lo que teníamos presupuestado”, Sánchez Tendero insistió en que “la Iglesia ha dado la cara, no está callada ni quieta y se ha movilizado”. En el caso concreto de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, con un Fondo diocesano de solidaridad que suma 109.337,87 euros y que ya ha hecho un desembolso de 18.627,07 euros, a través de ayudas gestionadas a través de Cáritas y las Conferencias de San Vicente de Paul.

“Ante las dificultades y con menos ingresos, no podemos olvidar a la gente que lo está pasando mal”. Otra forma de ayudar por parte de la Diócesis se aprecia en el número de empresas con las que trabaja. En total, la Diócesis trabaja con 243 empresas de las que 121 están asentadas  en el territorio de la Diócesis y más concretamente, 98 de Ciudad Rodrigo. De esas empresas locales, 40 están relacionadas con la construcción (carpintería, electricidad, albañilería…)

“A pesar de las dificultades intentamos que las familias sigan adelante, las obras no se han parado porque hay muchas personas que dependen de la construcción”, concluyó el ecónomo.

Estas cuentas son las mismas que la Diócesis presenta en el Impuesto de Sociedades.