Un Jubileo que ha renovado la esperanza en la Iglesia de Ciudad Rodrigo

El vicario de pastoral, Antonio Risueño, hace un balance agradecido del Jubileo ordinario 2025 «Peregrinos de esperanza» vivido en la diócesis y destaca la comunión, la participación y la huella espiritual que este Año Santo ha dejado en la Iglesia local

Nuestra Iglesia diocesana de Ciudad Rodrigo ha vivido intensamente los acontecimientos jubilares, buscando, desde la sencillez que nos caracteriza, la profundidad de la verdadera alegría, que nace de una autenticidad que asienta sus bases en el servir y en el compartir.

Dos han sido las coordenadas que nos han orientado en el Año Jubilar 2025: la interior, en el seno de nuestra Iglesia particular de Ciudad Rodrigo; y la exterior, en comunión con la Iglesia universal, participando en actos jubilares en Roma junto al resto de Iglesias particulares que se extienden a lo largo y ancho del mundo.

Apertura diocesana del Jubileo

Fue la fría mañana del 11 de enero de 2025 cuando un nutrido grupo de cristianos de toda la diócesis, con todos los carismas: laicos, religiosas y presbíteros, presididos por nuestro obispo y pastor, Mons. José Luis Retana, hacíamos recorrido peregrinante desde la iglesia de El Sagrario hasta la Catedral. La liturgia propia del inicio de un Jubileo ordinario dio la sencilla solemnidad que hace de la Iglesia una comunidad fraterna, humilde y alegre.

El Jubileo en los arciprestazgos

El espíritu jubilar ha recorrido el territorio diocesano de sur y a norte; y de este a oeste. Han sido cada uno de los siete arciprestazgos protagonistas del Jubileo, en celebraciones donde no faltó la procesión hasta una iglesia significativa, el sacramento de la Penitencia, la celebración de la Eucaristía y el posterior ágape fraterno y festivo; donde el encuentro, la conversación y las sonrisas hacían verdad lo celebrado anteriormente. Todo ello presidido por el obispo, que había iniciado tal acontecimiento con una charla que daba sentido a toda la celebración. Si bien es cierto que se siguió un ritual ordenado por la Iglesia universal, cada zona le dio su toque personal, poniendo de manifiesto que solo desde la diversidad, se puede encontrar la verdadera unidad, y que la uniformidad da pie a tensiones que distancian y dividen.

El denominador común de todos los jubileos arciprestales fue la numerosa participación, el cuidado en los preparativos y el buen ambiente y la cordialidad en todo momento, con un marcado talante cristiano.

Asimismo, se han celebrado sectorialmente distintos Jubileos, como el del clero, del enfermo y de los niños. También es de reseñar el Jubileo celebrado en el colegio de las Misioneras de la Providencia, en la Casa sacerdotal y en la Residencia de ancianos San José.

 

Peregrinación diocesana a Roma

Templos que han acompañado el camino jubilar

Además del templo jubilar, la Catedral, otros lugares significativos de nuestra diócesis han contribuido intensamente a la vivencia del Año Santo. De manera especial, el Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia, y los tres conventos de clausura de nuestra diócesis se han convertido en espacios privilegiados para la oración y el encuentro con la misericordia de Dios. Tanto el Convento de la Sagrada Familia, en Ciudad Rodrigo; el Convento de La Pasión, en San Felices de los Gallegos; como el Convento de Porta Coeli, en El Zarzoso, han ofrecido de manera estable momentos de penitencia y celebraciones eucarísticas, permitiendo a los fieles acercarse al sacramento de la Reconciliación y participar con mayor profundidad en la gracia jubilar.

En comunión con la Iglesia universal

Nuestra Iglesia diocesana ha participado también en celebraciones jubilares llevadas a cabo en Roma y vividas en comunión con toda la Iglesia universal. Como ha sido el caso de los Jubileos de la familia, de la juventud, de la pastoral de la salud, de misiones, de catequesis, de las familias y de los equipos sinodales, así como el Jubileo de los obispos, en los que participó Mons. José Luis Retana, obispo de Ciudad Rodrigo. Del mismo modo, es importante destacar la peregrinación diocesana a Roma, en la que un nutrido grupo de laicos de nuestra diócesis, acompañados por varios presbíteros y encabezados por nuestro obispo, viajó a Roma en peregrinación jubilar.

Todo lo descrito, quiere ser un sencillo testimonio de la profusión y profundidad con que nuestra Iglesia local ha caminado con esperanza en el Jubileo de la Esperanza.

Hacia la clausura del Jubileo

Finalmente, y siguiendo las indicaciones de la Iglesia universal, se clausurará el Año Jubilar en una celebración eucarística de alcance diocesano, el día 30 de diciembre, a las cinco de la tarde, en la iglesia Catedral de Ciudad Rodrigo.

Todo ello, en aras a hacer crecer en nuestra pequeña, pero viva Iglesia local, el espíritu de Esperanza, en el que la Iglesia Universal, ha querido que sigamos profundizando. Asimismo, volvemos a dar con la insistencia, de que la celebración del Jubileo ordinario, supera sus inevitables connotaciones de evento, para profundizar en su condición de proceso eclesial, que nos hace caminar eclesialmente hacia el Reino de Dios.  

Antonio Risueño, vicario de pastoral