Mons. García Burillo preside la fiesta de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil

La parroquia de San Cristóbal ha acogido esta mañana, la celebración de la Santa Misa con motivo de la fiesta de la Virgen del Pilar. La Eucaristía ha estado presidida por el Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, y ha contado con la asistencia de los miembros de la Comandancia de la Guardia Civil y de la corporación municipal.

Previamente, la corporación del Benemérito Cuerpo caminó desde la sede de la Comandancia hasta la parroquia, acompañados por el Sr. Alcalde, las autoridades locales y un buen número de amigos y ciudadanos. Se ha suprimido, por consiguiente, la procesión con la imagen de la Pilarica, dadas las circunstancias actuales que aconsejan evitar los contactos físicos. 

El Obispo, en nombre propio y en el de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, ha saludado muy cordialmente a los miembros de la Guardia Civil, y ha felicitado y agradecido vivamente el servicio de protección ciudadana que efectúan con ejemplaridad.

En la homilía ha invitado a los presentes a pedir por medio de María fortaleza en la fe, con el fin de que las formas actuales de sus miembros, más sencillas y familiares, no cambien el fondo de la devoción que la Guardia Civil ha profesado siempre a la Santísima Virgen del Pilar. María ha sido la columna que ha guiado la historia de España, desde la dominación romana, con su aparición al Apóstol Santiago en Zaragoza, pasando por la época visigótica, más tarde por la reconquista española y especialmente por el descubrimiento de América un 12 de octubre de 1492, hasta el momento presente, en que, desgraciadamente, no pocos abandonan la fe cristiana y sobre todo la práctica religiosa.

La Guardia Civil, creada por el Duque de Ahumada en 1844, declaró como Patrona a la Virgen del Pilar en 1913, por decreto del Rey Alfonso XIII.

También Mons. García Burillo ha pedido para toda la asamblea y por intercesión de la Virgen María, fortaleza en la esperanza, en momentos de incertidumbre como los que vive España, y fortaleza en el amor y en el servicio al prójimo, base de la profesión de quienes procuran la protección de los ciudadanos. Y ha rezado por los miembros del Cuerpo fallecidos, en particular los desaparecidos por causa del terrorismo en décadas todavía recientes, y de las situaciones difíciles que con frecuencia soportan.

Con la bendición final para las familias de los Guardias, sus esposas y sus hijos, y para todos los presentes, la celebración ha terminado puesto que también el ágape que se suele ofrecer en la Comandancia, ha sido suprimido por la misma razón que el resto de manifestaciones festivas.