Más de un centenar de profesores, personal no docente y religiosas de Salamanca, Talavera de la Reina y Miróbriga participaron en esta jornada, en la que el obispo y el vicario general alentaron su misión educativa
DELEGACIÓN DE MEDIOS
Las comunidades educativas de los tres colegios de las Misioneras de la Providencia en España, presentes en Salamanca, Talavera de la Reina y Ciudad Rodrigo, se reunieron este jueves, 4 de septiembre, en Miróbriga para celebrar su convivencia de inicio de curso, bajo el lema: “Un colegio con alma, un equipo con pasión”.
Más de un centenar de personas, entre profesorado, personal no docente y las hermanas de la Providencia, compartieron durante la mañana sus experiencias y proyectos en grupos de trabajo distribuidos por etapas: Infantil, Primaria y Secundaria. El momento de la central de la jornada fue la eucaristía que se celebró en la capilla del colegio. Pero antes recibieron la visita del obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, que se acercó a saludar a los participantes y animó su labor: “Conozco bien el esfuerzo y la importancia de lo que hacéis. Es un campo que hay que cuidar y animar. ¡Adelante!», y bendijo a todos.
La convivencia continuó con la celebración de la eucaristía, presidida por el vicario general, José María Rodríguez-Veleiro, y concelebrada por dos sacerdotes de la Archidiócesis de Toledo, donde el personal delos tres colegios renovó su compromiso educativo para “construir un colegio donde cada alumno y sus familias sientan que son importantes y que son acogidos con amor”. Como resaltó una profesora en la monición de entrada. También recordó el espíritu que une a estas comunidades educativas: “Una familia que sueña, enseña con pasión, aprende y transforma”.
En su homilía, el vicario general invitó a iniciar el curso con esperanza. E, inspirándose en el evangelio de la pesca milagrosa, resaltó tres actitudes esenciales para los educadores: la paciencia, “porque sois maestros de paciencia, especialmente con vuestros alumnos”; magnanimidad, “tener el corazón grande, para darlo todo sin escatimar, porque tratáis con personas”; y, por último, alegría. “Esa alegría que insistía tanto el papa Francisco y ahora León XIV, que nace de la confianza en que la pesca, al final, dará fruto”. Y concluyó señalando que, “si usamos eso y echamos las redes en el nombre del Señor, seguramente que en el mes de junio cuando acabe el curso, nuestras redes irán cargadas”, refiriéndose a los frutos del esfuerzo educativo y al crecimiento de los alumnos y de la comunidad.
La jornada finalizó con una comida fraternal y una visita teatralizada por la ciudad.