La Dolorosa ha vuelto a salir en este viernes, a las calles de muchos pueblos de la Diócesis para mostrar el dolor de María por la muerte y crucifixión de su hijo Jesús.
La Virgen, representada con lágrimas en los ojos y en ocasiones con una daga en el pecho, encarna los siete dolores que sufre antes de la pasión y muerte de Jesucristo.
En el caso de Ciudad Rodrigo, la Procesión de la Dolorosa está organizada por la Cofradía de Jesús Nazareno, y ha partido desde el Convento de las Madres Carmelitas donde previamente se había celebrado la Eucaristía presidida por D. Manuel Peláez. El recorrido ha concluido en la S. I. Catedral.
En su pregón de Semana Santa, D. Enrique Crespo decía lo siguiente en relación a esta procesión: «Ya desde este día, los mirobrigenses quieren centrar sus miradas en la Pasión de Cristo pues para entonces el Hijo de Dios llega a Jerusalén y su Madre, cuando atardece, se asoma a recibirle porque sabe el dolor que espera a su Hijo…
Y aquí, recorriendo el itinerario por las calles que conforman las piedras de palacios casas y templos, los vecinos de Ciudad Rodrigo, alejados de cualquier laicismo, se asoman a la calle para alumbrar el caminar de esta Madre Dolorosa, que ya presiente la angustia que precede a las injurias, a la tortura y a la muerte que le aguardan a su Hijo en los días venideros y por eso, en la calle o en los balcones, las gentes la contemplan con ternura y la acompañan en procesión con cera entre las manos. La liturgia ya ha comenzado y con ello la narración de amor más bella de la historia.
La Virgen María inicia su transitar con el corazón partido de dolor porque ya sabe que Él está condenado. El gran dolor de esa Madre fue asistir al sufrimiento de su Hijo mientras le acompañaba en su desgarrador camino a la Cruz, presagiando la sangre que verterá la mañana del Viernes Santo en la colina del Gólgota».