La Virgen reúne a niños y familias en una ofrenda misionera con recuerdo al Papa

Un gesto sencillo que busca tocar el corazón de los más pequeños, acercarlos a la Virgen y mantener viva la oración por los misioneros

 

DELEGACIÓN DE MEDIOS

La Catedral de Ciudad Rodrigo se llenó este sábado de niños, sus familias y catequistas que se acercaron para honrar a la Madre de Dios en la tradicional ofrenda floral misionera que organiza la Delegación diocesana de Misiones. 

La celebración comenzó en el claustro de la Catedral con la procesión con la «Virgen de los Niños, portada por los jóvenes que este fin de semana participaban en el encuentro del Seminario en Familia. El cortejo iba precedido de un grupo de niños que sostenían entre sus manos una vela encendida así como flores de los colores que representan los cincos continentes:  rojo para América, blanco para Europa, verde para África, amarillo para Asia y azul para Oceanía. 

Tras acceder a la nave central, el delegado diocesano de Pastoral Vocacional, Anselmo Matilla, proclamó el evangelio y, después, tomó la palabra el vicario general y delegado diocesano de Misiones, José María Rodríguez-Veleiro, quien ofreció una reflexión sobre lo que representa acercarse a la Virgen con una flor en la mano y una oración en el corazón, y recordó a los misioneros de la diócesis que, desde distintos lugares del mundo, siguen sembrando esperanza.

Tuvo también unas palabras sobre el papa León XIV, al que definió como “un hombre alegre”, marcado por su experiencia como misionero en Perú, y pidió a todos los presentes que lo tuvieran en su oración, junto a tantos otros que han entregado su vida al anuncio del Evangelio.

Después, los niños expresaron sus peticiones a la Virgen y, durante el canto del Ave María, se fueron acercando uno a uno a depositar su flor en uno de las cinco macetas ubicadas delante de la Virgen y que representaban a los cinco continentes.

Para el delegado de misiones este sencillo acto «siempre es un momento entrañable, porque es acudir a la Virgen con los niños, viendo su alegría reflejada en sus ojos con esa flor que llevan en la mano”. Una bonita iniciativa que busca “tocar el corazón de los niños para que sientan la presencia y protección de la Virgen María, y también para que tengan presente en nuestra oración a los misioneros».