Fallece D. Ernesto Ramos Fuentes tras una vida entregada al sacerdocio

Boada, su localidad natal, acogerá este lunes, 12 de mayo, su último adiós con la misa funeral que se celebrará a las 12:00 horas en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción

DELEGACIÓN DE MEDIOS

El sacerdote diocesano D. Ernesto Ramos Fuentes ha fallecido este domingo, 11 de mayo, IV Domingo de Pascua y Domingo del Buen Pastor, a los 85 años de edad y tras seis décadas de entrega al ministerio sacerdotal en las que ha acompañado a diversas comunidades de la Diócesis de Ciudad Rodrigo. La capilla ardiente se ha instalado en su pueblo natal, Boada, donde mañana, lunes 12 de mayo, a las 12:00 horas, se celebrará la misa funeral en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.

Nacido en Boada el 28 de marzo de 1940, hijo de Cayetano y Alidad, ingresó en el Seminario diocesano de Ciudad Rodrigo, donde cursó sus estudios eclesiásticos. Fue ordenado diácono el 14 de marzo de 1964 en Ciudad Rodrigo, y presbítero tres meses después,  el 29 de junio de 1964.

A lo largo de su ministerio, acompañó con dedicación y cercanía a numerosas comunidades parroquiales. Su primer destino pastoral fue como ecónomo en Castillejo de Dos Casas donde estuvo tres años. Desde 1969 hasta febrero del año 2000 fue ecónomo parroquial de Aldea del Obispo, y también encargado de La Bouza, desde 1971 hasta el 2000. Ese año fue nombrado párroco de Tamames, Avililla y Aldeanueva de la Sierra, donde ejerció su labor pastoral hasta su jubilación en 2015.

Ya jubilado, continuó prestando servicio como adscrito a las parroquias de La Fuente de San Esteban, Muñoz, Santa Olalla y Boadilla.

Además de su labor parroquial, D. Ernesto Ramos sirvió a la diócesis como arcipreste de Argañán y de Yeltes, fue miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores, y ejerció como confesor de las religiosas Franciscanas de la Tercera Orden y del convento Porta Coeli de El Zarzoso.

Damos gracias a Dios por su vida y fecundo ministerio y pedimos una oración por su eterno descanso. Que Cristo, el Buen Pastor, lo acoja en su Reino.

Descanse en paz.