La Catedral y las parroquias del recinto amurallado celebrarán de forma conjunta esta fiesta eucarística, que contará con una procesión, tres altares y la participación de los niños de Primera Comunión
DELEGACIÓN DE MEDIOS

La Catedral de Santa María acogerá el próximo domingo, 22 de junio, la celebración solemne del Corpus Christi, una de las fiestas litúrgicas más significativas para la Iglesia y para la comunidad diocesana. Así lo ha explicado el deán, Ángel Martín Carballo, quien ha detallado cómo se desarrollará esta jornada que pone en el centro la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
“La fiesta del Corpus siempre fue en jueves, pero por motivos laborales se trasladó al domingo, como ocurrió también con la Ascensión”, recuerda el deán. En Ciudad Rodrigo, esta solemnidad se vive con especial intensidad dentro del recinto amurallado, “donde desde hace más de 30 años se celebra de forma conjunta entre la Catedral y las dos parroquias que se encuentran dentro de las murallas, bajo la misma atención pastoral”, relata.
Tras la misa, que comenzará a las 11:00 horas, presidida por el obispo, Mons. José Luis Retana, se realizará la tradicional procesión eucarística por las calles del casco histórico. La custodia, “una pieza de gran valor y belleza”, como subraya Ángel Martín, será transportada en una carroza adornada para la ocasión y portada por miembros de la Cofradía del Silencio. Este año, como novedad, se añadirá un altar más, con tres en total en el recorrido: uno en la parroquia del Sagrario, otro ante el Ayuntamiento, y un tercero promovido por la Cofradía del Silencio.
Bendición en los altares
“Nos gustaría que fuera una procesión marcada por el silencio y el respeto”, interpela el deán. Uno de los momentos más entrañables es la participación de los niños, que acuden con sus trajes de Primera Comunión y portan bandejas llenas de pétalos de flores. “Al terminar la procesión, lanzan los pétalos al paso del Santísimo mientras reciben la bendición del obispo”, detalla el deán.
Al concluir el recorrido, el Santísimo quedará expuesto en la Catedral hasta las 18:00 horas, y durante toda la tarde se organizarán turnos de adoración, acompañados por fieles, miembros de la Adoración Nocturna y canónigos del Cabildo, quienes también presiden el rezo de Vísperas y la bendición final.
La celebración se completa con detalles simbólicos como el uso del tomillo, cuyo aroma inunda las calles y evoca recuerdos de antaño. “El olor característico del Corpus se hace presente de alguna manera”, afirma Martín Carballo. A la semana siguiente, las parroquias del resto de la ciudad celebrarán sus respectivas fiestas sacramentales, prolongando así el sentido festivo y devocional del Corpus Christi en toda la diócesis.
