Cáritas de Ciudad Rodrigo invita a participar en el Círculo del Silencio por la Jornada Mundial de los Pobres

Un gesto comunitario de oración y compromiso con quienes más sufren que se celebrará el viernes, 14 de noviembre, a las 13:00 horas, en la Plaza del Buen Alcalde 

DELEGACIÓN DE MEDIOS

Con motivo de la IX Jornada Mundial de los Pobres, que la Iglesia celebra el domingo, 16 de noviembre, Cáritas Diocesana de Ciudad Rodrigo convoca un Círculo del Silencio, acompañado de la lectura de un manifiesto y un acto de sensibilización, el viernes, 14 de noviembre, a las 13:00 horas en la Plaza del Buen Alcalde.

Bajo el lema «Tú, Señor, eres mi esperanza» (cf. Sal 71, 5)», esta Jornada se enmarca en el Año Jubilar y busca recordar que la verdadera esperanza nace de la fe en Dios, especialmente en medio de la precariedad y la exclusión que viven tantas personas.

En su mensaje para esta jornada, el papa León XIV subraya que «la esperanza en Dios no defrauda», y que el pobre, al carecer de las seguridades del poder o del tener, solo puede encontrar refugio en el amor de Dios. Advierte, además, que «la pobreza más grave es no conocer a Dios», y retoma unas palabras del papa Francisco en Evangelii gaudium: «La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual, y la inmensa mayoría tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento en la fe».

Un compromiso transformador

El santo padre también recuerda que la caridad debe ir acompañada de un compromiso transformador: «La pobreza tiene causas estructurales que deben ser afrontadas y eliminadas, pero mientras ello sucede, todos estamos llamados a crear nuevos signos de esperanza que testimonien la caridad cristiana».

La Jornada Mundial de los Pobres quiere así poner en el centro de la acción pastoral a quienes más sufren. «Los pobres no son una distracción para la Iglesia —afirma León XIV—, sino los hermanos y hermanas más amados, porque en ellos tocamos la verdad del Evangelio».