El responsable de la delegación destaca que además de cruzar las puertas santas de las grandes basílicas, se quedan con los mensajes del papa León XIV
JOSÉ MANUEL GALLEGO, delegado de Pastoral Juvenil
Desde el pasado mes de septiembre, desde la Delegación de Juventud hemos estado preparando con mucho mimo el viaje a Roma para participar en el Jubileo de los Jóvenes. Ya de vuelta, es momento de interiorizar todo lo vivido en estos días y hacer balance de los regalos que se nos han dado en esta peregrinación.
17 jóvenes de la diócesis, guiados por nuestro obispo y pastor, D. José Luis, hemos podido llevar a cabo los actos del jubileo en la basílica de San Pedro del Vaticano, así como pasar por las diferentes puertas santas de las basílicas mayores de Roma.
Aunque ese era uno de los fines del viaje, no podemos olvidar el encuentro con el papa León en Tor Vergata. Fue un regalo de Dios poder vivir la vigilia de oración con cientos de miles de jóvenes de todo el mundo y compartir el silencio de la oración, los cantos, los testimonios, las dudas propias de la juventud y un sinfín de emociones y sentimientos acumulados en esa explanada de las afueras de Roma.
No podemos olvidar tampoco las palabras y mensajes del papa, que marcan un camino a seguir en nuestra vida como jóvenes cristianos. Fue maravilloso escucharlo en la eucaristía final del Jubileo, dándonos ánimos para continuar nuestra misión y recordándonos la importancia de la esperanza.
Una vez que hemos vuelto a nuestros quehaceres diarios, atrás dejamos el cansancio, el calor, la lluvia, la falta de comodidad, pero nos quedamos con la experiencia, con los mensajes, con las miradas, con todos los momentos vividos en esta gran ciudad de Roma en el verano de 2025.


