Serradilla del Arroyo revive cada Viernes Santo el camino al Calvario

La Pasión viviente de este pequeño pueblo, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, moviliza a todos sus vecinos en un acto que, más allá del dramatismo, es ante todo un momento de oración y recogimiento

DELEGACIÓN DE MEDIOS

Serradilla del Arroyo, una localidad de apenas 250 habitantes, se transforma cada Viernes Santo en un pequeño Jerusalén. A las doce del mediodía, sus calles se convierten en el escenario de la Pasión, mediante una representación viviente del viacrucis que, desde 1983, moviliza a más de un centenar de vecinos. Una tradición que, el pasado 20 de febrero, recibió el respaldo institucional de la Junta de Castilla y León al ser declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.

Este reconocimiento pone en valor “el esfuerzo de tantas personas que, a lo largo de los años, se han implicado en esta representación que va más allá de ser un espectáculo teatral». Porque como explica su párroco Efraín J. Peinado, «es, ante todo, un momento de oración y recogimiento”.

También recuerda que «en muchos pueblos se reza el viacrucis en la mañana del Viernes Santo», y en Serradilla del Arroyo se combina  con cantos y una representación dramatizada que busca ser “un testimonio de fe, una forma de contemplar, de una manera visual, todas las estaciones del viacrucis para adentrarse en el misterio de la Pasión y Muerte del Señor”, señala Efraín Peinado.

Para este sacerdote, uno de los momentos más sobrecogedores se vive en El Teso, durante el descendimiento de la cruz. Allí, las mujeres del pueblo entonan el canto tradicional “Llora la Virgen, llora en la cruz”, en un ambiente de profundo respeto y silencio.

Con los años, este viacrucis se ha convertido en algo más que un acto religioso: es también una experiencia cultural y un espacio de encuentro abierto a todos. Efraín Peinado destaca que “nos visitan personas de distintas creencias, incluso sin fe”. Para él, esta representación ofrece la oportunidad de ser “un puente entre la fe y el mundo actual, siempre desde el respeto y la libertad que todos compartimos”. Además, pretende acercar la fe a quienes están más alejados: “Intentamos que este viacrucis sirva también como un primer anuncio”.

Un origen humilde

Belén García, una de las impulsoras de este viacrucis viviente, celebra la distinción de la Junta de Castilla y León: “Es el reconocimiento a una labor colectiva», por la implicación de cada uno de los vecinos. Además, relata que «todos en Serradilla vivimos esas horas amargas de Jesús con tanto realismo que incluso los que vienen de fuera lloran con nosotros”.

Esta tradición comenzó en 1983 con un pequeño grupo de entre 25 y 30 personas. José Lucas González, quien interpretó por primera vez a Jesús, propuso al entonces párroco, Isidoro González, procesionar con la Cruz y los santos desde la iglesia hasta la ermita del Santo Cristo de los Afligidos.

En sus primeros años, el viacrucis fue mudo, hasta que en 1992 adquirió voz, gracias a un texto escrito por Belén García y el apoyo del párroco, Alfredo Ramajo, “quien se implicó al cien por cien”, recuerda ella. Desde entonces, la calidad, participación y la repercusión de este viacrucis no han dejado de crecer.

Un pueblo entero volcado en la Pasión

Uno de los aspectos más llamativos de este viacrucis es que todo el pueblo se implica. Más de cien personas participan directamente, pero muchos más colaboran en lo que Belén llama “la intendencia”: “Uno aporta una túnica, otro monta una mesa, otros decoran el atrio de la iglesia, la zona de las cruces, el Teso… Las mujeres preparan los lavaderos, …El ayuntamiento y los establecimientos del pueblo nos ayudan como pueden. Es todo Serradilla”, asegura.

Este acto es también una tradición intergeneracional, como señala esta feligresa: “Hemos ido transmitiendo esta tradición de padres a hijos, porque no queremos que se pierda. Primero por su valor religioso y después por su valor cultural». Belén García destaca que «aportar cultura a nuestro pueblo nos parece fundamental”.

A lo largo de su historia, han sido varios los vecinos que han encarnado a Jesucristo. Desde José Lucas hasta Héctor, el más joven, que debutó hace dos años con tan solo 16 años.

Belén García resalta que este acto religioso y cultural “engrandece a nuestro pueblo, a nuestra comarca y a nuestra diócesis”. Y añade que “la esencia de nuestra Pasión es la sencillez, el silencio sepulcral y el recogimiento. Un silencio que nos supera en todos los momentos y que transmite, desde dentro, paz y amor, como Jesús transmitió siempre”.

Para ella, el momento más conmovedor es la crucifixión: “La explanada del Cristo llena de gente y las siete palabras en el Monte Calvario, la orografía del terrero que lo hace aún más sublime… Ahí están esperando los dos ladrones y Jesús crucificado». Y emocionada explica que «la gente nos mira desde abajo y yo creo que llora, como lloramos los demás. Es impresionante”. Por eso, invita a participar el próximo Viernes Santo en este viacrucis y a vivir, junto a los vecinos de Serradilla, el misterio de la salvación y redención del Señor que se recuerda ese día.