Carta del Obispo (IECR 304)

Consejos para un Año Nuevo

Hemos iniciado un año nuevo. Un año de “gracia” para los cristianos, porque el Señor se desbordará con cada uno de nosotros. Además, hemos estrenado Hoja Diocesana. ¡Bienvenidas sean todas las iniciativas que nos saquen de nuestras rutinas! Que sepamos valorar y apoyar esta iniciativa.

Al estrenar este año, me permito, a modo de consejos (que no son recetas fáciles), ofreceros una especie de decálogo:

  1. En este año de la Fe, recordar que el único Salvador es Jesucristo. Y lo importante es vivir coherentemente como cristiano.
  2. Si predicas a otro la Palabra de Dios, escúchala tú primero. Más aún, que la Palabra predicada haya pasado antes por la oración; que se note que “has saboreado” las cosas de Dios.
  3. A pesar de la crisis, no te pegues al dinero. Cultiva otras dimensiones de tu persona y, sobre todo, sé generoso. No sirve el “sálvese el que pueda”. O nos salvamos todos o fracasamos todos.
  4. No gastes “aires de superioridad”. La sencillez y la humildad ganan los corazones.
  5. Nunca llames “perder el tiempo” a charlar con tus vecinos, sean cristianas o no. Basta que sean personas. Todos tenemos nuestra dignidad.
  6. Si te toca ayudar a un mayor, recuerda que es persona y que es mayor. Y, si a un niño, recuerda que es niño. Ten paciencia y generosidad.
  7. No te metas a “gobernar” la política, la cultura, los sindicatos, los bancos… Y, sobre todo, no pierdas el tiempo en críticas siempre negativas ni en murmuraciones corrosivas.
  8. Ayuda a crear familia y comunidad. En tiempos difíciles, la fraternidad y la solidaridad lo son todo.
  9. Tarde o temprano, el horizonte de tu vida aparecerá marcado por el dolor, la fragilidad, la cruz. Eres discípulo del crucificado. No rehúyas la cruz. Tiene sentido.
  10. Da gracias a Dios por la vida pero, sobre todo, por ser cristiano. Porque se ve la vida con otro color, se vive con otra esperanza y, sobre todo, se ama de otra manera.

Ojalá el año 2013 sea fecundo para todos. Que el Espíritu nos ayude a crecer como buenos discípulos de Jesús y a renovar nuestras comunidades. Que seamos portadores de paz, de alegría y de esperanza. Que Santa María, la mujer nueva, interceda por todos nosotros, especialmente por nuestros enfermos y por los más necesitados.

+ Raúl, obispo de Ciudad Rodrigo