Residencia Obispo Téllez

Raúl Berzosa: «Tenemos que suponer que, si Dios elige para padres de la Virgen María a Joaquín y Ana debieron ser personas de una gran corazón y muy ejemplares»

Queridos hermanos sacerdotes, especialmente D. Angel, queridos residentes, queridos familiares, queridos trabajadores y voluntarios de esta residencia:

Estanos celebrando por adelantado la memoria de San Joaquín y de Santa Ana, los padres de la Virgen María, según la Tradición cristiana. Es el día de los abuelos y de las abuelas. Nos fijamos en ellos.

Joaquín significa “preparación a los designios del Señor”; también, “trabajo y constancia”. Ana, significa “la Madre de la mejor”. Durante siglos, el pueblo de Israel esperaba al Mesías. Dios se va a servir de dos personas sencillas pero muy creyentes. Y, además, como se narra en los evangelios, de forma muy milagrosa: cuando ambos ya eran estériles. Como sucedió con Isabel, prima de la Virgen María y madre de San Juan Bautista.

Tenemos que suponer que, si Dios elige para padres de la Virgen María a Joaquín y Ana debieron ser personas de una gran corazón y muy ejemplares. Curiosamente, el culto a San Joaquín es reciente; sin embargo, a santa Ana se la rendía culto desde muy antiguo, como testifica una iglesia de Jerusalén, cerca del gran templo judío. Se cree que fue la casa donde nació la Virgen.

Dejamos a San Joaquín y a Santa Ana y nos situamos en el día de hoy. Y nos hacemos una pregunta: “¿Qué ha dicho el Papa Francisco de los mayores?”… Porque él también es persona mayor y muy sensibilizado con los mayores. De todas sus homilías y discursos, rescato algunas frases:

  • Una denuncia valiente del Papa Francisco:“La violencia contra los ancianos es inhumana, así como la que se comete contra los niños. ¡Pero Dios no los abandona, está con ustedes! Con su ayuda, ustedes son y seguirán siendo la memoria de su pueblo.” “A los abuelos, que han recibido la bendición de ver a los hijos de sus hijos (cf. Sal 128,6), se les ha confiado una gran tarea: transmitir la experiencia de la vida, la historia de una familia, de una comunidad, de un pueblo; compartir con sencillez una sabiduría, y la misma fe: ¡el legado más precioso! ¡Felices esas familias que tienen a los abuelos cerca! El abuelo es padre dos veces y la abuela es madre dos veces”.
  • ¿Qué dice el Papa Francisco de las Residencias de Mayores?: “No siempre el anciano, el abuelo o la abuela, tiene una familia que puede acogerlo o atenderlo adecuadamente. Y entonces bienvenidos los hogares para los ancianos … con tal de que sean verdaderos hogares, y ¡no prisiones! ¡Y que sean para los ancianos y no para los intereses de otras personas! No debe haber institutos donde los ancianos vivan olvidados, como escondidos, o descuidados. Me siento cerca de los numerosos ancianos que viven en estos institutos, y pienso con gratitud en los que los van a visitar y los cuidan. Los hogares para ancianos deberían ser los “pulmones” de humanidad en un país, en un barrio, en una parroquia; deberían ser “santuarios” de humanidad, donde los que son viejos y débiles son cuidados y custodiados como un hermano o una hermana mayor. ¡Hace tanto bien ir a visitar a un anciano! Miren a nuestros chicos: a veces los vemos desganados y tristes; van a visitar a un anciano, y ¡se vuelven alegres!
  • El Papa Francisco siente una grave preocupación: “También existe la realidad del abandono de los ancianos: ¡cuántas veces se descarta a los ancianos con actitudes de abandono que son una verdadera eutanasia escondida! Es el efecto del descarte que tanto daño hace a nuestro mundo. Se descarta a los niños, a los jóvenes y a los ancianos con el pretexto de mantener un sistema económico “equilibrado”, en cuyo centro no está la persona humana, sino el dinero. ¡Todos estamos llamados a contrarrestar esta cultura del descarte!.. Un pueblo que no los trata bien no tiene futuro, porque pierde la memoria. Se olvida de las raíces”.
  • El Papa nos hace una invitación: “Nosotros, los cristianos, junto con todos los hombres de buena voluntad, estamos llamados a construir con paciencia una sociedad diversa, más acogedora, más humano, más inclusiva, que no necesita descartar a los débiles de cuerpo y mente (entre ellos, a los ancianos); aún más: una sociedad que mide su propio “paso” precisamente sobre estas personas”.
  • Y un consejo final del Papa: “Como cristianos y como ciudadanos, estamos llamados a imaginar, con fantasía y sabiduría, los caminos para afrontar este reto. Un pueblo que no custodia a los abuelos y no los tratan bien no tiene futuro: pierde la memoria, y se desarraiga de sus propias raíces”.

 

Hasta aquí, algunas palabras del Papa Francisco. Cuando vengo a las Residencias de mayores siempre os digo que, esta casa, puede ser un “cielo o un infierno”. Depende de lo que nosotros queramos que sea. Hagamos de ella un cielo.

Rezaremos especialmente, hoy, por los más enfermos y necesitados de entre nosotros, y pediremos por nuestros difuntos. Que el Espíritu Santo nos conceda luz y fuerza para que sepamos imitar las virtudes de San Joaquín y Santa, Ana, nuestros patronos.

 

+ Raúl, Obispo de Ciudad Rodrigo