Ordenación del Padre Antonio García Rogado ScJ (Alba de Tormes, 14-04-2018)

Raúl Berzosa: «El sacerdocio es un regalo divino porque es, ante todo y sobre todo, una iniciativa y una llamada de Dios mismo»

Querido P. Antonio; queridos Padre Provincial y Padre Superior Local; queridos consagrados y consagradas, de Alba y los llegados de otras comunidades; queridos padres, hermanos, sobrina, abuelo y familiares del P. Antonio; queridos sacerdotes, especialmente los párrocos de este lugar y de las parroquias anejos; queridos profesores, alumnos y trabajadores del colegio; queridos todos.

Un saludo muy cordial y muy cercano, sobre todo, a los que habéis venido de lejos. Sentiros como en vuestra casa. El Señor nos ha concedido hoy un gran y bello regalo: la ordenación presbiteral del P. Antonio. Y la Providencia ha permitido, en nombre de D. Carlos, nuestro querido Obispo de Salamanca, que este humilde siervo presida esta hermosa celebración.  Porque, en verdad, “El sacerdote, no es sólo un don de Dios para una comunidad, ni siquiera para la Iglesia, sino para toda la humanidad”. El sacerdocio es un regalo divino porque es, ante todo y sobre todo,  una iniciativa y una llamada de Dios mismo. Y, además,  como el P. Antonio, nos ha escrito en su invitación, copiando una frase del Fundador Leon Dehon, tiene que tener “un corazón de Padre, de Madre y de Pastor”…

No me detengo en las lecturas que acabamos de escuchar. Tan sólo subrayo, de la Primera, tomada del Libro de Jeremías, que un sacerdote ha sido escogido “desde el útero materno… y que Dios siempre pone su Palabra en sus labios y en su corazón”. De la segunda lectura, de la Carta a los Hebreos, como Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, “hay que aprender a obedecer, sufriendo… y que somos sacerdotes para toda la eternidad”. Y, finalmente, del Evangelio de San Juan, que el Sacerdote es la presencia misma de Jesucristo Resucitado para repartir “el pan y los peces”, es decir, la Eucaristía; que es el don más preciado y precioso que nos legó el Señor y seguridad de su presencia entre nosotros para siempre.

Permíteme, P. Antonio, que en este día, no te hable de altas teologías, y ni siquiera de lo que supone el sacerdocio en la vida de un consagrado. Te haré un regalo muy especial: la homilía que en Valencia, un 8 de noviembre del año 1982, pronunció el Santo Papa Juan Pablo II, en mi propia ordenación sacerdotal. Allí estábamos 150 diáconos, tanto del clero secular como de diversos Institutos y Órdenes de consagrados. Verdaderamente es una homilía que no ha perdido actualidad.

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Funeral D. Victoriano Calderero Fuentes (Parroquia de San Cristóbal)

      Raúl Berzosa: «Una vez más, viene en nuestra ayuda y consuelo, la Palabra de Dios»

Querido D. José, obispo; queridos hermanos sacerdotes; querida familia de D. Victoriano: hermanos Teresa y Benigno, hermanos políticos, sobrinos y primos; queridas consagradas; queridos todos:

Durante los diez días de su estancia hospitalaria en Salamanca, un servidor visitó a D. Victoriano en varias ocasiones y mantuvo contacto telefónico con él. A pesar de la gravedad de su enfermedad, nada hacía presagiar un final tan rápido. Sus palabras eran siempre de esperanza: “pronto iré a casa”. Si bien es cierto que el pasado lunes, D. Prudencio, Director de la Casa Sacerdotal, me alertó de la gravedad de D. Victoriano. Ayer martes, cuando iba conduciendo, camino de Salamanca, recibí la llamada de D. José, Obispo, comunicándome el fallecimiento de D. Victoriano. En el mismo coche, recé por él. Por la tarde, me acerqué con los sacerdotes del Arciprestazgo de Águeda al Tanatorio, a rezar un responso. Allí estaba su querida familia y D. José,  siempre tan cercano en vida a D. Victorino.

Como en otras ocasiones, y más en este tiempo pascual, no podemos dejarnos invadir por la tristeza. Es natural que broten lágrimas en nuestros ojos, pero nunca en nuestro corazón. No celebramos el final de nada ni de nadie: estamos, juntos, para dar gracias a Dios por una vida de 84 años, vivida con sentido y plenitud; y nos hemos juntado para rezar por D. Victoriano, por si necesitara de nuestro sufragio. De lo contrario,  Dios nos lo aplicará, con creces a todos nosotros.

Una vez más, viene en nuestra ayuda y consuelo, la Palabra de Dios. En la primera lectura, del libro de los Hechos de los Apóstoles, se cuenta la liberación de los discípulos de la cárcel y su incansable predicación al pueblo en el Templo. Así también D. Victoriano, a pesar de las muchas dificultades, supo siempre ser heraldo del Evangelio. Y, con el Salmo 33, en tantos momentos difíciles, “invocar al Señor en la aflicción, con la seguridad de que el Señor lo escuchaba”. D. Victoriano, como hemos escuchado en el Evangelio de San Juan, creyó firmemente en la Buena Nueva que dio sentido a su vida de fe y como sacerdote: “Que Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por medio de él”.

         ¿Qué rasgos destacamos de su personalidad?… – D. Victoriano nació en Ciudad Rodrigo, en el año 1933; y fue ordenado sacerdote en 1956. Ejerció su ministerio, primero, como Coadjutor de Sobradillo, y, ya entre 1956 y 1958, como ecónomo de Tenebrón. Se le encargó Diosleguarde hasta 1968, y, desde aquel año hasta el 2011, fue párroco de El Payo. Era un hombre sencillo y cercano, de fácil y agradable convivencia, con buen humor, muy buen compañero, le gustaba lo festivo pero también fue muy probado por la enfermedad. Sobre todo, supo dar testimonio de lo que significa servir durante tantos años en una parroquia, con sus luchas y sus logros, con sus tristezas y sus alegrías, con sus grandezas y sus limitaciones… En verdad, fue un gran mérito sacerdotal permanecer y servir, fielmente y con tanto ánimo, en un solo destino: ¡43 años! La parroquia del Payo tiene que estar muy agradecida a D. Victoriano. Cuando llegué a la Diócesis, aún estaba allí. Dios, que todo lo ve y es juez lleno de misericordia entrañable, le compensará lo que, humanamente, ni sabemos ni podemos hacer.

El Santo Padre nos acaba de regalar  la Exhortaciòn Apostólica “Gaudete et Exultate”, invitándonos a hacer realidad la vocación universal a la santidad a la que todos estamos llamados. Entre otros pasajes muy hermosos, en el n. 7, nos habla de “la santidad del vecino de al lado”. Nos dice el Papa que le gusta ver la santidad “ordinaria” en el pueblo de Dios paciente. Así, a los padres que crían con tanto amor a sus hijos; a esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan cotidiano a sus casas; a los enfermos que siguen sonriendo; a las religiosas ancianas que siguen luchando… Y, añado, a los sacerdotes, servidores fieles y silenciosos, en las pequeñas parroquias de esta Tierra y Pueblo nuestros. En esta constancia y fidelidad para seguir adelante día a día, sigue señalando el Papa Francisco, “veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado », la de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, son “la clase media de la santidad”). En verdad, dentro de esa santidad ordinaria, que es a la vez algo extraordinaria, podemos catalogar también la  vida y el ministerio D. Victoriano y la de tantos de nuestros hermanos sacerdotes que viven el heroísmo y la entrega allí donde, al parecer, ya casi nadie quiere permanecer; y, sin embargo, seguimos encontrando y redescubriendo una gran riqueza de valores humanos y cristianos.

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Turismo

La Catedral de Santa María mantiene en número de visitas turísticas

Aspecto exterior de la Catedral, esta mañana.

El Cabildo de la Catedral de Santa María ha facilitado los datos de afluencia turística y en lo que va de año, hasta el pasado lunes nueve de abril, un total de 5.639 personas han visitado el templo. Las cifras son similares a las del pasado año, y a estas alturas el dato era de 5.811 personas, concluyendo 2017 con un total de 35.325 turistas.
En lo que a la Semana Santa se refiere, un total de 1.447 personas se han interesado este año por conocer el templo, en concreto, entre el Domingo de Ramos y el lunes dos de abril. En lo que respecta al dato de 2017, 1.561 personas se detuvieron en la seo civitatense.
El presidente del Cabildo, Ángel Martín Carballo, recuerda que «el Sábado Santo es, según me aseguran, uno de los días más fuertes de todo el año, cuando más gente viene» y en lo relativo al número total de visitantes en este periodo de Semana Santa manifiesta que «los datos están más o menos a la altura del año pasado a pesar de que la meteorología no nos ha acompañado».
Ángel Martín tiene muy claro que la Catedral de Santa María «es algo de todos los mirobrigenses, sean más o menos creyentes, y aunque lo primero es el culto, también hay espacio para todo tipo de actividades culturales». Como ejemplo reciente, la representación de la Pasión que se sirvió de varios espacios catedralicios: «Desde que nos lo pidieron hemos estado abiertos, quedaron muy contentos y es algo que nos complace porque el interés por Ciudad Rodrigo nos mueve siempre».

Funeral

Fallece el sacerdote don Victoriano Calderero Fuentes

La diócesis de Ciudad Rodrigo despedirá mañana miércoles 11 de abril al sacerdote don Victoriano Calderero Fuentes con una misa funeral que presidirá el obispo, Mons. Raúl Berzosa, en la parroquia de San Cristóbal a las 12:00 horas.

El presbítero nació el uno de noviembre de 1933 en Ciudad Rodrigo y fue ordenado como sacerdote el 24 de junio de 1956, también en Miróbriga. A lo largo de sus años de servicio fue coadjutor en Sobradillo entre junio y octubre de 1956; Ecónomo de Tenebrón entre octubre de 1956 y septiembre de 1968 y encargado de Diosleguarde entre diciembre de 1958 y septiembre de 1968. La mayor parte de su ministerio la desempeñó en El Payo, donde permaneció como párroco entre septiembre de 1968 y el 28 de agosto de 2011, momento en el que se jubiló.