Designación

El obispo de la diócesis pregonará la Semana Santa de Ciudad Rodrigo

La Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, a la que corresponde la Presidencia de la Junta Mayor de la Semana Santa, ha designado como pregonero de esta fiesta al Ilmo. y Rvmo. Sr. D. Raúl Berzosa, Obispo de Ciudad Rodrigo.

A través de un comunicado, «la cofradía quiere expresar su agradecimiento a Monseñor Berzosa» y que haya aceptado dicho nombramiento. El obispo se ha mostrado «muy ilusionado» por coincidir su pregón con la presidencia de la Junta Mayor de la Semana Santa de esta cofradía, «la más antigua y de mayor raigambre en nuestra Ciudad», explican en el comunicado, y que cumplirá su 175 aniversario.

Año Jubilar de la Misericordia

DSC_0061Raúl Berzosa: » Más allá de cansancios, de tristezas, de lamentos o mediocridades, estamos llamados, cuando se celebra un Año Santo Jubilar, a renovarnos profundamente todos los hijos de la Iglesia en nuestro deseo de “santidad”

Muy querido hermano obispo, D. José, queridos hermanos sacerdotes, queridas religiosas, queridos todos los presentes, y un recuerdo para nuestras hermanas, las monjas de clausura, y para nuestros misioneros, extendidos por los cinco continentes:

        Se atribuye a nuestro querido Papa Francisco, al inicio de su pontificado, esta frase: “Me he encontrado una Iglesia (y, se puede añadir, una sociedad) como un hospital de campaña: llena de heridos”. Y, tomando pie en estas palabras, todo lo que estamos celebrando hoy, se puede resumir también con lo escrito por el Papa Francisco: “Tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. La Misericordia en resumen es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre a pesar del límite de nuestros pecados”. Por todo ello, hay momentos en la historia de la Iglesia en los que necesitamos volver a recordar, de un modo más intenso, quiénes somos y qué misión tenemos; y, así, volver a fijar la mirada en el Dios del Amor y de la Misericordia entrañables para ser signo de ese mismo Amor y Misericordia. Y no sólo con palabras o con gestos de rutina. Más allá de cansancios, de tristezas, de lamentos o mediocridades, estamos llamados, cuando se celebra un Año Santo Jubilar, a renovarnos profundamente todos los hijos de la Iglesia en nuestro deseo de “santidad”, y a renovar nuestro compromiso de anuncio gozoso del Reino con los hombres y mujeres de hoy, hijos de Dios y nuestros hermanos.

¡Qué precioso simbolismo estamos celebrando!: primero, una procesión en camino hacia el Padre de la Misericordia, como si fuésemos los hijos menores de la parábola del hijo pródigo, que deseamos volver a casa; en segundo lugar, la apertura de la puerta catedralicia del perdón y de la misericordia para entrar en el templo, que es verdadera casa de misericordia; en un tercer momento, la renovación de la memoria viva de nuestro bautismo, con el que unidos a Jesucristo, Dios se mostró misericordioso para siempre con nosotros; y, finalmente, la celebración de la Eucaristía, memoria, fuente y eficacia de la misericordia de Dios Padre, en Jesucristo, por el Espíritu.

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Domingo 13 de diciembre

La diócesis abrirá el Pórtico del Perdón con motivo del Año Jubilar de la Misericordia

El próximo domingo 13 de diciembre, se inaugurará en la diócesis de Ciudad Rodrigo el Año Jubilar de la Misericordia y por este motivo, se procederá a la apertura del Pórtico del Perdón de la Catedral de Santa María.

Ya el pasado ocho de diciembre, tuvo lugar la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, como signo del inicio del Año Jubilar de la Misericordia.

La apertura de esta puerta está cargada de matices y gestos y así, en primer lugar, se partirá en procesión a las 16:45 horas desde la parroquia de El Sagrario en dirección a la Catedral donde a las 17:00 horas, se celebrará la Eucaristía. Antes de iniciar el recorrido tendrá lugar un rito de introducción que comenzará con un saludo del Señor obispo. Posteriormente,  se leerá un texto del Evangelio de San Lucas relativo a la misericordia y una parte de la bula del Santo Padre con motivo de este Año Santo.

Acto seguido comenzará la procesión  con la que se quiere expresar, visiblemente con cada paso, que el pueblo de Dios está en camino constante y que  ese camino exige un compromiso y un sacrificio.

Esta procesión, estará presidida por el Evangelio, que será portado en alto por un sacerdote porque se quiere hacer visible que Cristo es el que camina delante de su pueblo.

En el Pórtico del Perdón, que estará decorado con ramas, habrá una imagen de Cristo y la apertura por parte del obispo, simboliza el hecho de querer entrar al misterio de la Misericordia de Dios.

El obispo es el encargado de abrir esa puerta por ser el que preside la Iglesia de Ciudad Rodrigo y la Catedral, simboliza la Iglesia Madre.

Ya en la Catedral, tendrá lugar el rito bautismal, con la bendición del agua, aspersión y bendición, como muestra viva del bautismo de los cristianos.

Por último, se celebrará la Eucaristía porque para cualquier Iglesia, es el centro de la vida cristiana.

Solemnidad de la Inmaculada Concepción

img_496570[1]Raúl Berzosa: «La Virgen María es la Nueva Eva y primicia de lo que nos espera, personalmente y como humanidad»

Queridos hermanos sacerdotes, queridas consagradas, queridos todos:

Hemos proclamado en el Evangelio de San Lucas, “Alégrate, llena de gracia, el Señor es contigo”. Por eso, con el Salmo 97, hemos cantado al Señor por las maravillas que ha hecho en la Virgen María. Pero también, como se nos ha recordado en la Carta a Los Efesios, el Señor ha realizado maravillas en cada uno de nosotros, “amados y predestinados en Cristo antes de la creación del mundo”. Este es el sentido profundo de este día, a la luz de la primera lectura del libro del Génesis: “En la descendencia de María, hemos vencido el pecado, al maligno y a la misma muerte”. La Virgen María es la Nueva Eva y primicia de lo que nos espera, personalmente y como humanidad.

Hoy desearía detenerme en dos aspectos: por un lado el origen histórico de la celebración de esta Solemnidad, precisamente el 8 de diciembre y, por otro lado, el contemplar a la Inmaculada a la luz de la misericordia de Dios, en vísperas de la apertura del Año Santo Jubilar.

En cuanto al origen de esta Solemnidad, tenemos que remontarnos al llamado milagro de Empel (7-12-1585). El Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, combatía en la isla de Bommet, situada entre los ríos Mosa y Waal (Holanda), dentro de la llamada guerra de los 80 años. Estaba a punto de rendirse, con sus cinco mil hombres. El General Holak le propuso una rendición honrosa, pero Bobadilla respondió: “Preferimos la muerte a la deshonra”. Holak inundó el campamento español y tuvieron que refugiarse en el montículo llamado Empel. Allí, al excavar una trinchera, un soldado descubrió enterrada una tabla flamenca de la Virgen Inmaculada. La colocaron en un improvisado altar y aconteció el milagro: un viento gélido heló las aguas y, por encima de ellas, el tercio español pudo pasar hasta el campamento enemigo cosechando la victoria. El general Holak exclamó: “Esto sí es un milagro”. A partir de ese momento, la Inmaculada fue la patrona de los Tercios de Flandes e Italia y, en 1892, fue declarada Patrona del cuerpo de Infantería. En este sentido, también cerca de Aldea del Obispo, quedan los restos de la fortificación “Fuerte de la Inmaculada”.

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