Cartas Hoja Diocesana

Carta hoja diocesana febrero

FAMILIA, IGLESIA DOMÉSTICA

Se ha anunciado con fuerza la celebración del Sínodo Ordinario sobre la Familia. Es curioso, cómo al hablar de la familia, incluso en ámbitos cristianos, se tiene miedo a hablar de la misma como una verdadera ‘Iglesia doméstica’. Además de ser escuela de valores humanos y escuela de habilidades sociales que nos marcarán durante toda nuestra vida, es el ámbito donde nacemos  la fe, donde nos iniciamos a los misterios de Dios.

Recuerdo una anécdota imborrable. A mis 18 años, siendo seminarista, se me envió a trabajar pastoralmente con los menores de edad del reformatorio burgalés llamado Gregorio Santiago. Un día, la policía atrapó a un joven delincuente, proveniente de Vallecas, intentando sustraer de un coche la radio portátil. La intención era venderla para comprar droga. Cuando me enteré, pedí al director poder hablar con aquel joven. Trataba de hacerle ver que tenemos un Padre-Dios bueno, que nos ama y, sobre todo, que no se sintiera nunca solo; los seminaristas queríamos ser como una familia para él. Me miró con ira y me dijo, más o menos: ‘¡De qué me hablas!…¡Yo no sé lo que es un padre, a quien no he conocido; ni he tenido una familia!…Desde los cinco años soy como un perro callejero, buscándose la vida dónde y cómo puedo. Mi madre es prostituta y drogadicta!»

Entonces caí en la cuenta de lo decisiva que es la familia en el tema de la fe. No se puede llegar a descubrir fácilmente a un Dios Padre y a una familia cristiana si no hay experiencia de la familia de sangre y, si esta, no es creyente. Aunque no podemos olvidar que la fe no se hereda; es una opción personal y libre. Se hereda el tiesto de la tierra buena y abonada donde es más fácil que pueda nacer la fe, pero no siempre de hijos católicos salen hijos católicos ni de padres no creyentes, hijos incrédulos. Dios actúa y se sirve de mil formas para llegar a la personas.

Cuando tengo oportunidad de compartir tiempos y espacios con familias cristianas, siempre las invito a tres cosas: lo primero, a que sepan defender sus derechos, como familia, en diferentes ámbitos sociales, culturales y políticos. Lo segundo, que se integren de verdad en la vida comunitaria de las parroquias. En este sentido, ¡qué importante que la propia familia fuese «la catequista» de quien se inicia en los misterios cristianos, en los primeros sacramentos! Y, tercero, que sean familias muy solidarias con otras más necesitadas, las de cerca o las de más lejos. Hay que cuidar especialmente a las familias más jóvenes que tienen más carencias en todos los sentidos.

Hoy, además, existe una llamada a las familias cristianas, por aparte de la Iglesia: que sean «misioneras». Familias enteras, acompañadas, si es posible por un sacerdote, marchan a tierras lejanas y a culturas muy diferentes de la propia. Son como un ejemplo palpable de lo que significa vivir como cristianos y anunciar en los cinco continentes la Buena Nueva de Jesucristo y su Evangelio. Muestran con su vida la alegría de crecer y la belleza de la fe.

Nunca agradeceremos a los Papas, del siglo pasado y del presente, su gran interés por la familia. Bienvenido sea este Sínodo y, ojalá, sirva para redescubrir la familia como ‘Iglesia doméstica’, también en nuestra querida Diócesis.

 

Carta hoja diocesana enero

AUTÉNTICO Y LIBRE

Releo una entrevista para “La Nación” de nuestro querido Papa Francisco (6-12-2014). La novedad es, sencillamente, que no hay novedad. Es más de lo mismo. Repite lo esencial porque lo tiene muy claro. Dicen los norteamericanos que lo pedagógico debe resumirse en diez puntos, en un decálogo. Me atrevo a hacerlo, comentándolo. Lo primero, “Dios es bueno conmigo”. Denota profunda fe. Lo segundo, “Jorge, no cambies, sigue siendo el mismo”. Rasgo de persona muy equilibrada. Tercero, “Ventilar las cosas es muy bueno”. El diálogo es completamente necesario en la Iglesia aunque a veces no guste escuchar lo que nos digan. Para eso sirve, al mismo tiempo, el necesario discernimiento. Cuarto, “sinodalidad”. Traducida en necesaria corresponsabilidad e implicación de todos en una Iglesia de totalidad; porque todos somos necesarios (laicos, consagrados, presbíteros). Lo quinto, “la iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción”. Donde hay Vida, surge vida y abundan las vocaciones. La gente no quiere teorías; desea ver plasmada la belleza del cristianismo y la alegría de la fe en testigos (personas y comunidades). Lo sexto, “la Iglesia tiene que curar heridas”. Las heridas internas (como si estuviésemos en un hospital de campaña) y las de la humanidad entera. La iglesia no puede renunciar a su vocación de buena y generosa samaritana. Séptimo, “Falta cercanía y sobra clericalismo”. Fue el reto del Concilio Vaticano II: estar en medio de la gente. O, siendo más precisos, como buenos pastores, a veces tendremos que estar delante, otras en medio y, en ocasiones, detrás del pueblo. Pero siempre sirviendo al pueblo. Octavo, necesitamos la reforma espiritual, la del corazón”. Es la clave de la triple conversión a la que nos invita el Papa Francisco: la institucional, la pastoral y, especialmente, la personal. No puede haber una Iglesia (y una sociedad) nueva sin hombres y mujeres transformados por el Espíritu. Juan Pablo II repetía que los verdaderos revolucionarios han sido los santos. Son la novedad. Noveno: “Una Curia con más laicos”. No debería ser noticia. Debe reproducirse lo que ya se vive en las iglesias locales: la inserción normal de laicos, consagrados y religiosos. Cada cual en su campo. Décimo: “Dios me ha dado una sana dosis de inconsciencia”. No, querido Padre Francisco, Dios le ha concedido la lucidez y la paz de saberse siempre en su corazón. Es el secreto de su autenticidad, su equilibrio y su libertad. Gracias de corazón.

Todo lo anterior, pudiera ser un buen programa para el año que comienza: el 2015. En la triple línea de lo que el Papa Francisco nos está pidiendo: conversión personal, institucional y pastoral. Que Santa María de la Paz y el Espíritu Santo, motor de la evangelización, nos lo concedan. ¡Feliz y santo año nuevo! Con mi Bendición.

+ Raúl Berzosa, Obispo de Ciudad Rodrigo

Comunicación

Captura de pantalla 2015-01-14 a  las 18.29.53Contracorriente realiza el vídeo de la Jornada de la Infancia Misionera que se celebrará en las diócesis el 25 de enero
La productora mirobrigense Contracorriente Producciones ha sido la encargada de realizar el video de la Jornada de la Infancia Misionera de este año 2015. Además, como novedad, OMP España (Obras Misionales Pontificias) ha encargado a Contracorriente la realización de una App, que ya se puede descargar gratuitamente. Es el segundo año que Contracorriente Producciones realiza el video de esta campaña.

La grabación de este video tuvo lugar en el Teatro Nuevo «Fernando Arrabal» de Ciudad Rodrigo y los actores son escolares de 3º y 6º de Primaria del colegio «Misioneras de la Providencia-Santa Teresa».

Además, Obras Misionales Pontificias ofrece por primera vez la App Infancia Misionera, que ha sido realizada por Contracorriente Producciones, en la que los niños podrán aprender a ser niños misioneros. Los niños de Infancia Misionera ya pueden participar en el juego de Infancia Misionera, sirviéndose de teléfonos móviles, tabletas, ordenadores y pizarras digitales. A través de mini juegos -puzles, láminas de colorear, concurso de preguntas y respuestas, juego de habilidad- se podrá iniciar a los niños en la convivencia con los niños de otros continentes, aprenderán a ayudar a otros niños más necesitados y se acercarán al trabajo de los misioneros españoles en los cinco continentes.

Esta App Infancia Misionera está inspirada en el DVD «Yo soy uno de ellos». Se trata de enseñarles que los niños de Infancia Misionera forman parte de una misma familia. La App Infancia Misionera está disponible para la campaña y durante todo el año. Para facilitar el acceso a la App desde las pizarras digitales de los colegios, también se podrá entrar en este servicio desde el ordenador.

Infancia Misionera trabaja desde 1843 para la promoción y formación de los niños del mundo. Es el segundo año en el que Contracorriente se encarga de la realización del video de la campaña.

 

Ordenación Anselmo Matilla

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Raúl Berzosa:» ¡Querido don Anselmo, estoy seguro que vas a ser muy feliz como sacerdote!»

Querido hermano en el episcopado, D. José; queridos hermanos del presbiterio de Ciudad Rodrigo y de otros lugares; querido D. Anselmo y familiares; queridos seminaristas de esta Diócesis y del teologado de Avila; queridos consagrados; queridos todos:

¡Qué gran regalo de Reyes ha tenido la Diócesis este año: la ordenación presbiteral de D. Anselmo! A decir verdad, ¡la espérabamos! Como hemos escuchado en la primera lectura, del profeta Isaías, “la gloria del Señor ha amanecido en este día para todos nosotros”. Y, con el Salmo 71, bien podemos cantar que “se postrarán, ante el gran misterio del sacerdocio, todos los pueblos de la tierra”. La Carta a los Efesios nos ha recordado que, de la misma manera que el cristianismo es un don para todos – incluídos los gentiles-, el sacerdocio ministerial también lo es. Y, con el Evangelio de San Mateo, podemos decir que, si los Reyes Magos vinieron de Oriente para adorar al Niño Dios, nosotros, de diferentes latitudes geográficas hemos venido a dar gracias a Dios por la ordenación de Anselmo y a ser testigos de este hermoso evento.

Hace unos días, clausurábamos el Año Franciscano. Al hacerlo, me vino a la mente el encuentro que, en Asís, el día 8 de noviembre de 2014, mantuvo el Papa Francisco con obispos y sacerdotes italianos. Los regaló, como acostumbra, un sugerente mensaje que, hoy, quisiera hacer nuestro, y dedicado especialmente al nuevo ordenando.

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‘Memoria Agradecida’

Con una gala solidaria se ha puesto punto y final a los actos con motivo del Año Franciscano. Música o poesía se enmarcaron dentro de este recital en el que también intervino el obispo de la diócesis, Mons. Raúl Berzosa, que tocó varias piezas al piano.

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