Santa Gema (Templo de la Tercera Orden)

Raúl Berzosa:»La espiritualidad de Santa Gema hunde sus raíces en la más rica tradición de la Iglesia»

Queridos hermanos sacerdotes, queridas consagradas, queridos todos:

Un año más, D. Prudencio me ha invitado a celebrar la memoria de Santa Gema. Lo hago con gusto. Las breves palabras que os dirigiré en esta ocasión están inspiradas en un libro de Antonio Calabrese, gran conocedor de la Santa (Cf. Santa Gema Galgani, San Pablo, Madrid 2013).

En dicha obra, Calabrese nos regala una sencilla y apasionante exposición del camino místico de santa Gema. Las principales fuentes son los propios escritos de la santa y los testimonios conservados de quienes la acompañaron en su proceso; sobre todo, de uno de sus directores espirituales, el padre Germán Ruoppolo, pasionista declarado ya venerable.

Su objetivo es dar a conocer, especialmente a los jóvenes, la figura de esta apasionada del Amor de Dios; para que surjan nuevas vocaciones con este carisma. Hay que afirmar que la experiencia de esta santa es tan desbordante; su sensibilidad, tan delicada; su sinceridad y humildad, tan espontáneas; su amor, tan apasionado y generoso; su fe, tan firme e imbatible, que la lectura de su vida conmueve profunda e inevitablemente a cuantos se acercan a ella. Como dice el autor: «¡Estupor! Esta es la palabra que expresa la reacción ante la suave y dulce figura de Gema» (p.275).

En ella se unen la entrega total en el amor más tierno a Jesús crucificado junto a la reciedumbre y fortaleza más enérgicas para sobrellevar los duros sufrimientos físicos y espirituales, constantes en su vida. Tras su aspecto de jovencita frágil, se esconden la madurez y experiencia más elevada de unión en matrimonio espiritual con el Señor.

Su recorrido místico cautiva por la humanidad de esta mujer profundamente humilde y por la sencillez con que expresa las experiencias más extraordinarias, porque vive lo más insólito en medio de la normalidad de lo cotidiano; y porque todo se enmarca en la lógica de una apasionada historia de Amor, donde no cabe otra cosa sino la entrega total, como ella misma dice: «El amor quiere amor. El fuego quiere fuego«.

De este fuego del amor es de donde brotan sus estigmas que reflejaban la gracia de compartirlo todo con su amadísimo Jesús; de vivir, unida a Él, hasta con los mismos dolores de su pasión y contribuir así a la salvación de los pecadores.

Por esta íntima unión con Él realiza su misión expiatoria de los pecados de los hombres y se convierte en radiante ‘esposa de sangre‘ de Cristo crucificado, o «flor de la pasión«, en terminología espiritual pasionista; pero siempre alegre y con paz en medio del sufrimiento.

Desde ahí, adquiere todo su sentido y belleza su oblación total, su adhesión firme a la cruz, «escándalo para los judíos y necedad para los griegos» (1Co 1,23); y especialmente difícil también de entender para nuestra cultura actual.

La espiritualidad de Santa Gema hunde sus raíces en la más rica tradición de la Iglesia. Enriquecida por el Señor con abundantes dones espirituales, entraba con frecuencia en éxtasis y mantenía coloquios con Jesús, la Virgen y otros santos. Aunque escritos en lenguaje sencillo, sorprenden por su profundidad y su belleza. Nos ayudan a orar e iluminan nuestro propio itinerario espiritual.

En resumen, el ardiente amor de santa Gema, «siempre con Jesús, y Jesús solo«, y su apasionada historia de amor, siguen vivos hoy, especialmente en esta Víspera de Pentecostés, donde el Espíritu Santo nos concederá gustar con la misma fuerza que a la Santa, los misterios pascuales de nuestro Señor Jesucristo. ¡Damos gracias a Dios por ello!

Finalmente, como en años anteriores en este día, os pido que recéis por mí, en esta Fiesta de San Matías, en la que hace once años, en el 2005, fui ordenado obispo auxiliar en Oviedo. Muchas gracias.

 

+ Raúl, Obispo de Ciudad Rodrigo